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24 de agosto de 2013

Candidatos Ciudadanos, ¿Mejorarán la democracia?

El monopolio de la participación electoral lo tienen los partidos políticos lo que contraviene el principio constitucional que establece el derecho de los ciudadanos a ser votados. Ante la posibilidad de la apertura de nuestro sistema político a las candidaturas independientes, en la sección editorial del periódico saltillense Vanguardia se preguntan si los candidatos ciudadanos mejorarán la democracia.

Enlace: http://www.vanguardia.com.mx/editorial-candidatosciudadanosmejoraranlademocracia-1815909.html

La apertura de nuestro sistema político a las candidaturas independientes constituye el cumplimiento del principio que establece el derecho de los ciudadanos a ser votados
El Senado de la República aprobó ayer modificar la Constitución Política del país para permitir que en las elecciones locales de los estados de la República sea posible contender en forma independiente por el cargo de titular del Poder Ejecutivo.
Con esta resolución, la figura de candidatos independientes, en el ámbito local, abarcará todos los cargos que se renuevan de forma periódica mediante elecciones constitucionales.
La apertura de nuestro sistema político a las candidaturas independientes constituye, como lo han dicho múltiples expertos en el tema, el cumplimiento cabal del principio constitucional que establece el derecho de los ciudadanos a ser votados.
Se podrá decir que tal derecho nunca fue restringido, pues cualquier ciudadano ha podido aspirar siempre, de forma legítima, a ser postulado para un cargo de elección popular y lo único que debía hacer era obtener el respaldo de un partido político para aparecer en las boletas electorales.
Pero justamente la existencia del requisito que obligaba a pertenecer, militar, o simpatizar con un partido político ha sido, en los hechos, una restricción al derecho individual a ser votado, pues mucho individuos no necesariamente comulgan con las ideas de una determinada fuerza política y ello no debiera ser impedimento para que sean candidatos.
En este sentido pues, la reforma que ha devuelto a los ciudadanos el derecho pleno a ser votados constituye un avance que todos debemos saludar pues implica colocar nuevos ladrillos al edificio de una sociedad más igualitaria.
Sin embargo, es absolutamente obligado cuestionarse si la simple existencia de candidaturas independientes implicará una mejoría en la calidad de nuestra democracia.
La respuesta es que, como ocurre con muchos avances similares, no debe exagerarse en la celebración, ni debemos ser demasiado optimistas respecto de las repercusiones que en el corto y largo plazo tendrá la reforma aprobada ayer en el Senado.
Y es que un cambio por sí solo, por muy relevante que pueda ser, no resolverá de tajo las deficiencias de nuestra organización social ni modificará la cultura despótica que caracteriza al sistema político mexicano.
Para que nuestra democracia sea mejor, es decir, para que sirva al propósito de construir una sociedad más igualitaria, hace falta más que el hecho de que los políticos profesionales tengan una mayor competencia en las urnas.
Para tener una democracia de mejor calidad hace falta, sobre todo, que el ejercicio cotidiano del poder se transforme, es decir, que los miembros de nuestra clase política abandonen los vicios que les han caracterizado hasta ahora y que han vuelto escépticos a los ciudadanos respecto de las bondades de la misma democracia.

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