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24 de agosto de 2013

Y usted, ¿ya se conoce?

Roberto Orozco Melo
El historiador, abogado, periodista y escritor Roberto Orozco Melo comenta en su columna Hora Cero acerca de la importancia de aplicar la máxima socrática “Conócete a ti mismo”, un pronunciamiento de cuatro palabras: “...que todo ser humano deberíamos grabar en nuestros corazones; mas como esto parece imposible, es útil aconsejar a nuestros gobernantes que bien lo aprendan y motiven a quienes los siguen para reflexionar sobre la enseñanza que contiene”. El texto fue tomado del portal electrónico de El Siglo de Torreón hoy sábado.

Enlace: http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/905859.y-usted-ya-se-conoce.html

Sócrates
"Dime, Euthytdemus, ¿has ido alguna vez a Delfos? ¿Observaste lo que está escrito en la pared del Templo?: Conócete a ti mismo.
-¿No tuviste algún pensamiento ante esta inscripción o hiciste caso de ella y trataste de examinarte y averiguar cuál es tu naturaleza?"
Las palabras corresponden a Sócrates, el sabio griego que sólo sabía que no sabía nada y que trascendió a su injusta muerte gracias a lo que de él aprendieron Platón y Jenofonte.
Conócete a ti mismo es un pronunciamiento de cuatro palabras que todo ser humano deberíamos grabar en nuestros corazones; mas como esto parece imposible, es útil aconsejar a nuestros gobernantes que bien lo aprendan y motiven a quienes los siguen para reflexionar sobre la enseñanza que contiene.
Propongo, por ejemplo, que la susodicha frase se escriba en los pórticos del poder público y bajo el arco principal de cada escuela o facultad universitaria.
Así, un magistrado de la ley podría meditar, antes de protestar que impartirá justicia, si está preparado para asumir esa responsabilidad tan grave.
Platón
Un diputado reflexionaría, acaso, si posee la imprescindible capacidad para legislar sobre lo que el pueblo demanda y necesita, y dejar de aprobar con simpleza de espíritu lo que el poderoso Ejecutivo le someta, seguro de su complacencia.
O este mismo podría dirigir mejor el destino de la sociedad puesta a su cuidado, si previamente dialogó con su "yo" interno sobre la existencia o carencia de aptitudes y vocación que requieren la tarea de procurar el bienestar y la felicidad de su pueblo.
Jenofonte
¿Sabrá el estudiante de medicina si tiene la fortaleza de ánimo para emprender una carrera que reclama la máxima entrega y devoción posibles? El que busca destacar en el Foro, como abogado de las causas difíciles y desesperantes, ¿ha pensado si tiene la suficiente renunciación personal para dedicarse en cuerpo y alma a servir a los desvalidos de la justicia? Y los maestros ¿acaso decidieron dedicarse a la docencia provocados por una vocación interior? o simplemente porque la carrera resultaba más accesible o más barata.
Los periodistas que en esto trajinamos ¿lo hacemos atraídos por el impulso vocacional?, o porque ambicionamos un reconocimiento que el ejercicio de otras profesiones nos negó.
Para verdaderamente "ser" primero habríamos de conocernos mejor y aceptarnos como somos. Para bien "ser" habríamos de conocernos mejor o reconocernos con nuestras propias limitaciones. Si todos nos conociéramos, como planteaba Sócrates, quizá el mundo sería más justo y más bueno…

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