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24 de agosto de 2013

Sucesos indeseados

Gerardo Hernández.
La Iglesia Católica está obligada a ponerse al lado de los pobres  para ser fiel a su doctrina, o perderá sustento y será desplazada por otras religiones lo que la convertirá en una mera referencia histórica, dice en la columna Capitolio que se publicó hoy en el periódico Zócalo de Saltillo el analista político Gerardo Hernández González. Agrega que el Obispo de Saltillo Raúl Vera López así lo entiende y actúa en congruencia ya que “no se puede estar bien con Dios y con el César”.

Enlace: http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/sucesos-indeseados-1377330267

Raúl Vera López
La iglesia católica ha comprendido que, o se pone del lado de los pobres para ser fiel a su doctrina, o perderá sustento, será desplazada por otras religiones y acabará convertida en referencia histórica. El Obispo de Saltillo, Raúl Vera López, lo entiende así y actúa en consecuencia. Justo porque no se puede estar bien con Dios y con el César, el dominico representa una figura incómoda para el poder. Su agenda es básicamente social.
La madrugada del 29 de julio hubo un nuevo enfrentamiento en el Cereso de Saltillo. La pelea dejó 26 heridos. El Obispo denunció irregularidades que violan los derechos humanos de los internos y llamó a trabajar por su dignidad. Es injusto que mientras “la burocracia mexicana se come nuestros impuestos en lujos, bonos, en salarios exorbitantes y en robos”, como la megadeuda de Coahuila, los reclusos carezcan de alimentación y servicio médico, advirtió.
En la homilía del tercer día del novenario por el Santo Cristo, el premio Rafto 2010 y candidato al Premio Nobel de la Paz 2012 dijo que los presidiarios afrontan también problemas por la atención indebida a sus procesos jurídicos. Existen pruebas de que son torturados incluso antes de ingresar, asegura el Obispo.
“Al llegar (…) les piden cuotas para la comida y se las venden, además les quitan las que sus familiares les llevan. Algunos de los platillos que les sirven están mal cocinados o incluso tienen insectos, pero si alguien se enferma, no recibe tratamiento correspondiente”. Asimismo, critica la falta de información a las familias de los detenidos, en caso de motines. Tampoco se respetan las condiciones de trabajo de los internos.
Durante las visitas conyugales, las mujeres reciben maltratos del personal del Centro de Rehabilitación Social de Saltillo. El obispo pide a la Comisión de Derechos Humanos de Coahuila, encargada a Xavier Díez de Urdanivia, involucrarse más en estos temas y visitar el Cereso con mayor frecuencia. El ombudsman ya había desechado la petición. Argumentó “falta de garantías”.
Por su parte, la Casa del Migrante de Saltillo denunció que en el periodo enero-junio de este año, la violencia contra emigrantes centroamericanas aumentó desmesuradamente en México. La capital de Coahuila figura entre los lugares más peligrosos. “El Estado siembra terror y obstaculiza el acceso a la justicia de esta población”, denunció el albergue en un comunicado.
La Casa del Migrante, cuyo guía es el sacerdote Pedro Pantoja, documentó desde marzo los casos de dos mujeres, dos niñas, tres niños, un adolescente y 22 hombres sometidos a diversas y graves violaciones a sus derechos humanos, incluida tortura y tratos crueles y degradantes por parte de la Policía Preventiva, a cargo del mayor Clemente Yáñez Carrillo.
“La asfixia, los choques eléctricos, la violación sexual y la violencia psicológica son algunas de las muchas técnicas que la Policía Municipal de Saltillo emplea para sembrar el terror y disfrazar su ineficacia ante una sociedad que exige seguridad pero que también exige justicia”, advierte la Casa del Migrante.
Las anomalías en los Ceresos y la violencia contra emigrantes constituyen bombas de tiempo que es preciso desactivar antes de que ocurran sucesos indeseados.

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