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19 de agosto de 2013

El Político Elefante

Eduardo Holguín.
Con la irreverencia y franqueza que lo caracteriza el economista Eduardo Holguín se refiere en su columna Dragones en las características de los que llama Políticos Elefante, el texto que les comparto por considerarlo de interés general se publicó en Milenio Diario Laguna. Señala el economista y periodista que una de las ventajas del Político Elefante es que tiene una cola tan corta, que nadie se la pisa.

Enlace: http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9189199

Pregunté al político lagunero Luis Gurza: ¿Por qué no me has reclamado, nadita de nada, la ruda crítica que te hice hace unos días? Me contestó: “los políticos deben ser como los elefantes.” Pertinente respuesta: los políticos chingones poseen virtudes semejantes a las características de un elefante:
Es un animal pesado, que camina con parsimonia y cautela. Sabe que es necesario correr más con la cabeza que con los pies.
Es reconocido por su memoria y por el aprendizaje que obtiene de sus errores. Sus grandes orejas le permiten escuchar con fineza y prontitud. Contrariamente a muchos políticos de La Laguna que no escuchan lo que acontece a su alrededor y toman decisiones sin una previa comunicación con los ciudadanos que los ubique en la realidad. Una de las acuciosas y generalizadas imputaciones que se le hacen al alcalde Eduardo Olmos es la falta de comunicación con su comunidad. Como dice Diódoro Carrasco: “Un buen político escucha el ruido que la hierba hace al moverse.”
El elefante ha sido dotado de una gran nariz –trompa– que le facilita olfatear el ambiente, evitando imprudencias y ampliando el conocimiento del terreno en el que opera. Algunos tata mandones coahuilenses padecen de anosmia, enfermedad que produce disminución o pérdida total del olfato, algo que los políticos del pasado tenían bien desarrollado.
El elefante “con más colmillo” suele ser líder de la manada. En Coahuila la improvisación, la inexperiencia y “la falta de colmillo” definen al gabinetazo. Ahí tienen el caso de “los Gutierritos”. Las excepciones confirman la regla.
Al elefante lo dotó la naturaleza de piel gruesa y fuerte, que repele ataques y evita heridas profundas. ¿Usted es un político de piel fina, de piel delgada, que le molestan los periodistas que cumplen con el deber que les impone la sociedad? El deber de someter a los gobernantes y representantes al escrutinio público. ¿Usted es un político cuya piel podrida, debilitada, por la corrupción, la ineficiencia y la ineficacia, es fácilmente penetrada por las flechas de los pinches columnistas?
Olvidaba una formidable característica del elefante: tiene una cola tan corta que nunca se la pisan. Una cola muchísimo más corta que la de varios funcionarios de las administraciones laguneras.
Y coahuilenses, y Duranguenses.

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