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11 de octubre de 2013

Ni un peso más a impuestos

Denise Maerker.
Cada vez más, quienes participan como articulistas, editorialistas o conductores en diversos medios se refieren al hartazgo de los ciudadanos por la carga impositiva, ese repudio se ha intensificado en las semanas recientes ante la intención de llevar a cabo la Reforma Hacendaria o Fiscal y de la que se anuncian gravámenes excesivos o disparatados, el presente artículo lo escribió hace varios meses Denise Maerker, pero en fechas recientes ha tenido una gran difusión en facebook y otras redes sociales para invitar a protestar contra la reforma. En la parte final del texto se ejemplifican algunos de los gastos abusivos con los que tenemos que cargar los mexicanos, como es el sostenimiento de una cámara obesa, como es la de los diputados.

Ni un peso más en impuestos si no se pone un alto al despilfarro y al abuso del dinero público del que somos testigos impotentes día con día. Pagar impuestos es una obligación irrenunciable. De acuerdo. Dicho esto, no estoy dispuesta a pagar ni un peso más de impuestos si antes no se pone un límite a la cultura del dispendio que priva entre nuestros gobernantes y funcionarios.
Humberto Moreira Valdés.
Las finanzas del Estado están en serias dificultades: menos producción de petróleo, precio más bajo del barril, menos turismo, menor actividad económica, menor recaudación. Falta dinero y de algún lugar lo van a tener que sacar. Las opciones no son muchas: o se endeudan, o cobran más impuestos o gastan menos.
¿Pero nos pueden pedir legítimamente más dinero sin un programa draconiano de austeridad? Yo creo que no. Por eso y antes de que nos anuncien, de a cómo es el golpe, habría que enviarles un mensaje claro y contundente. Ni un peso más… si no se le pone fin a la opacidad con que los gobernadores manejan el dinero público.
No puede el gobernador de Guanajuato comprar mil hectáreas a billetazo limpio sin decirnos de que partida lo sacó y reservarse la información durante 5 años. Ni un peso más si el gobernador de Quintana Roo insiste en la celebración de sus fiestas faraónicas de cumpleaños en cada municipio, si la fiesta de XV años de su hija es fastuosa y no la paga de su bolsillo, si viaja por el mundo en avión privado pagado con el dinero de los contribuyentes de su estado.
Armando Reynoso Femat.
Ni un peso más, si el Gobernador del Estado de México permite y autoriza la impunidad de quien le heredó el cargo y promociona su persona y su romance con millonarios pagos a Televisa. Ni un peso más.
Si la gobernadora de Yucatán paga sus fiestas del Jet Set con cargo a los impuestos yucatecos. Ni un peso más si antes no transparentan y controlan la forma en que los diputados se gastan y se reparten el dinero.
Basta de acuerdos de la junta de coordinación política en la que se asignan millones a las bancadas. No más turismo legislativo.
Basta de privilegios: que todos los legisladores sean derechohabientes del ISSSTE o del IMSS y si quieren otros seguros médicos que se los paguen con su dinero. Basta de la complicidad entre políticos que los lleva a llamar traidor al que se comporta con honestidad. Ni un peso más si la Presidencia y el Ejecutivo no reducen su gasto corriente.
No se puede pedir más cuando en Los Pinos se sobregiran año con año respecto a lo presupuestado. Ni un peso más… si no desaparecen las secretarías inútiles.
Y que se transparenten las millonarias partidas previstas para el festejo del bicentenario.
Eruviel Ávila.
Estamos en una severa crisis económica, millones de mexicanos angustiosamente buscan la manera de mantener su nivel de vida. Cobrar más impuestos ahora es como hacerlo en tiempos de guerra, la justificación y el discurso tienen que ser inapelables.
Y para eso hoy se necesita no un compromiso, sino una demostración de austeridad sin precedentes, un auténtico cambio en la cultura de las élites gobernantes respecto del dinero público, de lo contrario, la evasión y el no pago, quedaran plenamente validados y justificados.
Bofetada a los mexicanos
El texto que antecede no es reciente, pero resulta muy a propósito ante la intención del gobierno federal de imponer la “Reforma Hacendaria” y con ella la nuevos gravámenes que harán más difícil la vida de los causantes cautivos, la mayoría de la clase media sobre la que gravita la recaudación fiscal.
Se comprende que para el cumplimiento de sus obligaciones la administración pública requiere de la participación de todos los ciudadanos con el pago de impuestos, pero los ciudadanos tenemos el derecho de incumplir leyes injustas y es el caso de los nuevos impuestos, cuando el uso del erario no se hace con la debida justificación y transparencia.
Como botón de muestra basta referirse al sostenimiento de los 500 diputados federales y que hemos soportado estoicamente durante años. Un somero análisis de las prebendas de quienes integran la llamada Cámara Baja hasta que grado es agobiante esa carga y que representa poco más de nueve mil millones de pesos anuales, que autorizan los mismos diputados como parte de sus facultades.
Otro poder, el judicial, a nadie da cuenta de sus excesos pues la transparencia es para ellos asunto de los demás y utilizan su fueron como tapadera, para evitar la rendición de cuentas.
Pero sigamos con los diputados que tienen un sueldo mensual o dieta de 105 mil 370 pesos mensuales, a los que una vez restados los impuestos les quedan netos 77, 745.00 pesos. Pero ese gravamen no lo pagan los legisladores, sino la cámara, a costa del mismo presupuesto legislativo.
Ivonne Ortega.
De sus ingresos totales los diputados pueden ahorrar el 12 por ciento para un fondo de retiro, y la cámara les aporta otro 12 por ciento, a lo que se suman dos pagos mensuales por 28, 772 pesos de “ayuda ciudadana” más 45, 786 pesos por asistencia. Es decir reciben un sobresueldo por asiduidad, que es su obligación y por lo que ya tienen asignada su dieta.
Otros beneficios: Reciben gratis un seguro de gastos médicos mayores para ellos, sus padres, su cónyuge y sus hijos y el pago de gastos médicos que abarcan dentista, optometrista y lentes gratis.
Además, gastos funerarios para la misma parentela, que representa un mes de dieta. Cupones de avión con la tarifa más alta para cambiar por cuatro boletos mensuales, tres si están en receso.
Ayuda terrestre de hasta diez mil pesos mensuales a los que viven en un radio menor a 300 kilómetros, ¡los del Distrito Federal incluidos!, y una tarjeta IAVE para cada uno de los 500 legisladores.
A esto hay que añadir aguinaldo, vacaciones, ayuda para gasolina, pago de celular y asistentes. En algunos casos coche y chofer, y todavía falta el bono de retiro por 1.6 millones de pesos que ya se autorizaron los Senadores que los beneficia a todos, sean del partido que sean.
Esta relación de beneficios constituye una bofetada para los mexicanos, sobre todo en momentos de crisis económica y lo paradójico es que se esconden como servicio a la Patria.

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