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11 de octubre de 2013

Propuesta de Reforma a la Ley de Fiscalización para el estado de Coahuila

El pasado mes de septiembre, el gobernador Rubén Moreira Valdez presentó ante el congreso de Coahuila una Propuesta de Reforma a la Ley de Fiscalización para el Estado de Coahuila con la que se trató de dotar de dientes a la Auditoría Superior del Estado para que esa instancia esté en condiciones de dar cabal cumplimiento a la Ley General de Contabilidad Gubernamental y hacer que Coahuila sea uno de los estados más transparentes, pero unas son las intenciones y otra la realidad. Hasta hoy la ASE ha servido únicamente para acalambrar a los funcionarios desleales y disidentes, pero los que son sumisos pueden seguir haciendo lo que quieran con el uso y abuso de los recursos públicos, según muestra el autor de Perspectiva Ciudadana.

Por Óscar Triana Favero

Torreón. El gobernador Rubén Moreira Valdez presentó en septiembre ante el Congreso de Coahuila una propuesta de reforma a la Ley de Fiscalización para el Estado de Coahuila, considerada como plataforma base para la creación de la Auditoría superior del Estado.
La propuesta intenta lograr varios objetivos, entre otros:

  • Estar en concordancia con las estrategias acciones y objetivos del Gobierno Federal y dar cabal cumplimiento a la Ley General de Contabilidad  Gubernamental.
  • Lograr que Coahuila sea uno de los estados más transparentes, en rendición de cuentas en el país.
  • Cumplir con una de las exigencias más reclamadas por los ciudadanos coahuilenses, en el sentido de  transparentar  el ingreso, administración, control, manejo y aplicación de los recursos públicos.
  • Dotar a la Auditoría Superior del Estado de Coahuila de más y mejores herramientas para desarrollar su trabajo de auditoría y fiscalización  de las cuentas públicas de todos los sujetos obligados.

Por lo pronto, se pretende otorgar facultades a la Auditoría Superior del Estado para que  emita recomendaciones y finque responsabilidades en forma directa; esto es sin necesidad del dictamen de la Comisión de Hacienda y cuenta Pública del Congreso.
La Auditoría Superior del Estado podrá establecer responsabilidades penales, resarcitorias y de administración, además de poder aumentar las multas a los funcionarios públicos que incurran en irregularidades.
Se persigue con esto que la Auditoría superior del Estado supervise eficazmente el uso y destino de los recursos públicos, que son imprescindibles para el desarrollo de la entidad estableciendo mecanismos que garanticen la transparencia y que todo sea realizado con apego a la ley aplicando las sanciones correspondientes cuando haya desviaciones y robustecer la credibilidad en el gobierno, aumentando la eficacia y ganando competitividad.
Consolidar a la auditoría Superior del Estado  como un órgano imparcial, objetivo, y ajeno a todo tipo de intereses que no sean técnicos ni contables que busquen y garanticen el buen uso de los recursos públicos.
Ampliar el plazo para presentar informe de resultados del 30 de noviembre al 15 de diciembre de cada año, de igual manera ajustar tiempo para la entrega de informes de avance de gestión financiera al mes inmediato anterior por parte de los entes públicos.
Con la presentación trimestral de la información se pretende evitar la espera de un año hasta le entrega de la cuenta pública, y quizá las desviaciones que se pudieran haber minimizado, resarcido, o emitido con el transcurso del tiempo y que puedan ser tantas que no sea posible dar marcha atrás.
De igual forma se pretende que la Auditoría  Superior del Estado designe directamente a los despachos de auditores externos a cada una de las entidades y que los pagos sean hechos por los propios sujetos obligados.
Con esto se evitará que las entidades públicas sigan contratando amigos, conocidos o gente no certificada como Despacho Auditor Externo lo que a la postre ha significado un gran problema para la Auditoría Superior del Estado ya que los mismos no hacen su trabajo con calidad ni elaboran los dictámenes de las revisiones que realizan o simplemente, no están debidamente  certificados o acreditados para esa labor.
La Auditoría Superior del Estado revisará los planes estatales y municipales de desarrollo, verificando que el ejercicio presupuestal esté aplicado en programas y objetivos establecidos, además de evaluar el impacto social y la reducción de los índices de pobreza.
Desde mi punto de vista el gobernador, el Congreso de Coahuila y la Auditoría Superior del Estado deben exigir que los municipios y los alcaldes no otorguen nombramientos para Secretario del Ayuntamiento, Contralor Municipal y Director de finanzas a personas que no cumplen con el perfil requerido y enunciado en el Código Municipal para el Estado de Coahuila.
Esos funcionarios pueden cumplir el perfil requerido, pero ya ha ocurrido que no desempeñen su función con total responsabilidad, que equivale a lo mismo que no llenar el perfil causa de que, como ocurre en Torreón al término del período, el municipio se encuentre endeudado y en observación  por la Auditoría superior del Estado y también la de la Federación.
Es imprescindible que se le finquen responsabilidades a quienes por acción u omisión han causado daño patrimonial a la hacienda pública, lo que en numerosas ocasiones ha sido ocasionado también por la reincidencia en que han incurrido los encargados de las finanzas públicas, en el incumplimiento de dar conformidad, certidumbre y certeza legal al manejo de los recursos públicos.
El propósito fundamental es evitar la discrecionalidad en el manejo y aplicación de los recursos públicos, pero además que no sean aplicados fuera de los objetivos, metas y conceptos debidamente presupuestados.
Solo de esa manera se podrá ver un cambio sustancial en el manejo, aplicación y fiscalización de los recursos públicos lo que de ninguna manera representa una violación de la autonomía municipal sino la garantía de aplicar la capacidad para regular, y administrar los asuntos públicos bajo su competencia y en interés de su población.

El Manejo de los Recursos Públicos y los Préstamos Bancarios

Hace unos días se doto de mayores facultades a la Auditoría Superior del Estado para que esa instancia este en posibilidad de cumplir mejor con su labor de fiscalización, pero aunque ya puede fincar responsabilidades administrativas, resarcitorias, civiles y penales hasta hoy solo ha servido para la pirotecnia verbal, a decir de un editorial del periódico Vanguardia de Saltillo y de lo que son mostrados varios ejemplos por nuestro colaborador Óscar Triana Favero, autor de la columna Perspectiva Ciudadana.

Torreón. Recientemente se ha hecho una serie de planteamientos y propuestas para dotar de mayores facultades a la Auditoría Superior del Estado. Donde básicamente se propone que esta misma pueda elevar las multas, además de fincar responsabilidades administrativas, resarcitorias, civiles y penales sin el dictamen de la Comisión de Hacienda y Cuenta Pública del Congreso del Estado.
También es cierto que desde la creación de la Auditoría Superior del Estado durante el segundo semestre del 2007, se ha sabido de un sin fin de observaciones, cedulas de hechos y recomendaciones que han sido dictaminadas por ellos en los Informes de Resultados de “Revisión de las Cuentas Públicas” de los más de 110 sujetos obligados que existen en este Estado.
Y donde es preciso señalar que el ciudadano nunca ha sido debidamente informado, por la Auditoría Superior del Estado; ni por ningún ente público; con claridad de cómo están las finanzas de sus respectivas dependencias actualmente, ni mucho menos se ha informado de los años pasados.
Por ejemplo ¿Cuántos funcionarios han sido sancionados en forma administrativa, civil, o penalmente? ¿Cuantos han sido inhabilitados o cuantos de ellos están o estuvieron sujetos a proceso de reparación de daños a la Hacienda Pública?
O simplemente cuantos de los sujetos obligados cumplieron con las observaciones, solventaron las cedulas de hechos o cuantos han dejado pendiente todo esto.
Mi observación va encaminada en el sentido de que cada año cuando la Auditoría Superior del Estado revisa las cuentas públicas de los sujetos obligados, esta determina cédulas y observaciones que contienen “conceptos de deficiencia, incumplimiento, inobservancia y que contienen hechos presumiblemente constitutivos de irregularidades, por un monto de “X” millones de pesos” y que cada año constituyen cientos de millones que de una forma u otra no fueron debidamente comprobados por los entes públicos.
 ¿Y en que ha quedado todo esto, si la Auditoría Superior del Estado lo ha estado determinando desde el año 2007?. Si son recursos públicos, porqué el ciudadano no conoce el final de esta historia.
Los cambios propuestos por el gobernador de Coahuila en septiembre del 2013 en teoría fueron instrumentados para dotar de dientes a la Auditoría Superior del Estado lo que me lleva a cuestionarme ¿Por qué si se quiere dotar de mayores facultades a la auditoría Superior de Coahuila para tener mejor supervisión y  fiscalización de los recursos públicos; no se le faculta para que elabore un dictamen de factibilidad para la solicitud y autorización de créditos bancarios y que ellos determinen la viabilidad de los mismos de acuerdo a las normas y procedimientos técnico contables, donde además se determine el mismo, con base al cumplimiento en transparencia y rendición de cuentas, pero sobre todo a que exista la posibilidad real de cumplimiento de pago, sin poner en riesgo las participaciones y aportaciones federales de las generaciones futuras?.
De igual forma, que se vigile a través de la Auditoría Superior del Estado el estricto cumplimiento de los conceptos y montos por lo que pudiera ser autorizado dicho crédito.
La base y el fundamento que tengo para todo esto está en los Informes de resultados del 2009 y 2011 emitidos por la propia Auditoría Superior del Estado que señalan lo siguiente:

-     Con fecha 23 de octubre del 2009 el Congreso del Estado autoriza en el Periódico Oficial del Estado 85 segunda sección, que los municipios dse Allende, Castaños, Francisco I. Madero, Matamoros, Piedras Negras, Ramos Arizpe, Sabinas y San Pedro pueden contratar créditos ante la institución bancaria que les otorgue los mejores planes de financiamiento.
-     Los municipios antes mencionados todos adquirieron sus créditos ante la institución bancaria  y los recursos fueron recibidos casi al final de la administración municipal.
-     La Auditoría superior del estado en su informe de resultados del 2009 y publicado en noviembre del 2010 determina lo siguiente: “Uso indebido de deuda no apegado al decreto de autorización por parte de los municipios de Allende, Francisco I. Madero, Matamoros y San Pedro. Es decir, no fueron aplicados por los conceptos y montos que fueron solicitados y debidamente autorizados por el Congreso, además San Pedro contrato crédito por un monto superior al autorizado.
-     Al  municipio de Castaños le determina “deficiencias en el cumplimiento normativo para su autorización, suscripción y registro único de la deuda pública y falta de documentación comprobatoria”.
-     Al municipio de Nava le determina “ejercicio indebido de la deuda, falta de documentación comprobatoria de la aplicación de los recursos provenientes de la deuda”.
-     Al municipio de Piedras Negras le determina “ejercicio indebido de la deuda, no apegado al decreto de autorización, deficiencias en el cumplimiento normativo para autorización y registro único de la deuda pública”.
-     Al municipio de Ramos Arizpe le determina “deficiencias en el cumplimiento normativo de autorización, suscripción y registro único de la deuda pública”.
-     Al municipio de Sabinas le determina “falta de documentación comprobatoria de la aplicación de los recursos provenientes de la deuda”.

Y a pesar de todo esto de nueva cuenta el Congreso del Estado de Coahuila en el Periódico Oficial 72, Primera Sección del día 6 de Septiembre del 2013 autoriza nuevos créditos y refinanciamientos a los municipios de Piedras Negras, Allende, Nava, San Pedro por un monto total de $149,642,097.44 millones de pesos.
Lo que queda en claro de todo esto, es que el Congreso de Coahuila privilegia más las relaciones personales y afinidad política, en lugar de exigir el manejo y la aplicación responsable de los recursos debiendo dar conformidad en base al cumplimiento de las disposiciones legales vigentes para el caso. 

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