En su columna CAPITOLIO que se publica en LA OPINIÓN – MILENIO y en otros medios de COAHUILA el compañero GERARDO HERNÁNDEZ GONZÁLEZ se refiere a como HUMBERTO MOREIRA VALDÉS está ejerciendo la presidencia del PRI, antes de tomar posesión el próximo mes de marzo.
Moreira controla también a la fracción parlamentaria del PRI en el Congreso federal.
Desde la presidencia del PRI, que en la práctica ejerce por ausencia de una desdibujada Beatriz Paredes, la cual en días pasados se entrevistó en La Habana con Raúl Castro, Humberto Moreira se proyecta como el ex gobernador de Coahuila con mayor influencia nacional, después de Nazario Ortiz Garza y Raúl López Sánchez, secretarios de Agricultura y Marina en el gabinete de Miguel Alemán.
Humberto Moreira fue candidato al gobierno por consulta abierta y una vez en el poder separó a figuras y apellidos eternizados en las nóminas del Estado que igual se alternaban cargos de elección. En su lugar incorporó cuadros jóvenes, algunos formados por él, y a compañeros de generación y luchas políticas, que en distinta circunstancia no habrían recibido la oportunidad o deberían haber esparado décadas sin la certeza de ser tomados en cuenta. En el gabinete realizó continuos cambios: cuatro secretarios de Gobierno, tres de Finanzas, cuatro de Obras Públicas, cuatro de Desarrollo Social. Las únicas carteras que hasta hoy conservan a sus titulares originales son las de Salud, Función Pública y Fiscalía.
A diferencia de estados como México e Hidalgo, donde han fraguado grupos políticos transexenales cuyo peso les permite participar en la toma de decisiones y en las carreras presidenciales con figuras propias, Coahuila, desde Ortiz Garza, no ha podido formar un bloque con esas características. La situación podría cambiar con Moreira en la presidencia del PRI.
Los primeros pasos los dio al incorporar al gobierno a la mayoría de sus predecesores. Directamente, como en los casos de Francisco José Madero, director del Instituto de Adultos Mayores, y Eliseo Mendoza Berrueto, en el PRI; o a través de hijos, sobrinos, nietos y otros familiares, de Enrique Martínez, Rogelio Montemayor, José de las Fuentes, Óscar Flores Tapia, Eulalio Gutiérrez, Braulio Fernández Aguirre, Raúl Madero y Román Cepeda.
Los descendientes de los ex gobernadores se localizan en presidencias municipales, diputaciones locales y federales y en la administración estatal. También incorporó a ex alcaldes y atrajo a cuadros de antiguos rivales políticos. En particular de Raúl Sifuentes, ex secretario de Gobierno, quien le disputó la candidatura al gobierno en 2005.
Moreira controla también a la fracción parlamentaria del PRI en el Congreso federal. La mayoría de los diputados proceden de su gobierno. Quienes giran fuera de esa órbita no figuran o deben hacerlo en la Ciudad de México. Le pasa a Javier Guerrero, secretario de Gestión Social del CEN del PRI y ex secretario de Finanzas, y al senador Jesús María Ramón, aspirantes al gobierno en la sucesión pasada. Los dos acudieron, junto con Sifuentes, al último informe de Moreira en Torreón.
En la misma línea de consolidar un grupo político de largo aliento, el tándem Moreira ha tendido puentes con grupos económicos y reincorporado al PRI a militantes que probaron suerte en otros partidos, sin éxito. Es el caso de Francisco Dávila, que en 2003 participó como candidato del PRD y el PT a la alcaldía de Torreón. Dentro de unas semanas podría ser postulado por el PRI para diputado local.
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