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18 de agosto de 2013

“Me da miedo…”

José María Mena Rentería.
La situación de violencia que se vive en los municipios de la Laguna nos mantiene en un estado constante de alarma, dice José María Mena Rentería quien al igual que todos los habitantes de Torreón añora los tiempos en que los vecinos podíamos transitar con tranquilidad y en muchas ocasiones permanecer platicando en las banquetas. El texto se publicó en días pasados en El Siglo de Torreón en el espacio destinado por ese medio a las opiniones de los lectores.

“Me da miedo…” es expresión, recurrente, entre la inmensa mayoría de los habitantes de esta ciudad. Temen, no sin razón, –cualquiera que sea la hora- deambular por las calles debido a la inseguridad imperante, que implica daño a la integridad física de las personas y riesgos de todo calibre.
De haber sido Torreón una ciudad donde otrora parte del solaz de la ciudadanía fue deambular, a cualquier hora, por sus calles y avenidas, actualmente semeja una urbe casi abandonada cuyos moradores dejan sus domicilios únicamente el tiempo estrictamente necesario.
De casa al trabajo y del trabajo a casa, puede decirse sin exagerar, ya que el hampa acecha por cualquier rumbo. Para “picar” a transeúntes y robarles, o bien -por citar dos “especialidades”- para desvalijar a damas confiadas que tras hacer el “super” han sido asaltadas tras haber abierto la cajuela de sus autos.
Por citar un rumbo, en “coto de caza” han convertido el primer cuadro citadino desvalijadores que no lo piensan dos veces cuando de arrancar una cadena del cuello de una persona se trata, o igual, un par de aretes, un bolso, o un anillo, o lo que llame su atención.
Todo puede suceder en la vía pública, solitaria, recinto sus calles, de negocios, en el primer cuadro, semiparalizados o locales comerciales vacíos porque apuesta perdida de antemano es ocuparlos en plan de actividad redituable.
Mundo, cabe enfatizar, diametralmente opuesto al habitado por “autoridades” incapaces de contener el añoso embate delincuencial. Un mundo saturado -de nivel medio para arriba- de “burócratas”, inútiles, inservibles como funcionarios públicos aferrados del todo a no renunciar a cargos como los que ocupan pese a su letal incompetencia.
Tal es la metástasis que degrada el entorno social de Torreón y su periferia. Tal es, a la fecha, el saldo a dejar por los que al satanizar anteriores ejercicios de gobierno se ostentaron como la opción cuya altura, después de todo, no rebasa la del betún de los zapatos.
“Me da miedo…” es expresión recurrente de centenares de torreonenses, añorantes de otros tiempos, transcurridos en una ciudad cuya vida, de la tranquilidad pasó a la angustia.

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