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17 de noviembre de 2013

Aprendiendo del fracaso

Fernanda de la Torre.
La historia de los triunfadores no está exenta de caídas y fracasos, por el contrario, los mayores logros en la vida los obtienen aquellos que aprenden de sus contratiempos, que tienen la capacidad de levantarse, rehacerse y seguir avanzando, nos dice la comunicadora Fernanda de la Torre, quien colabora desde hace tiempo para las publicaciones impresas de Grupo Milenio. El presente texto lo obtuvimos del blog Neteando con Fernanda y se publicó el pasado domingo 27 de octubre.

Algunas veces, el camino al éxito está plagado de contratiempos, baches y caídas; paradójicamente, es lo mejor que nos puede suceder; sin embargo, nos cuesta ver el fracaso como oportunidad para crecer. Cuando las cosas no salen como queremos, nos desalentamos, a veces a tal grado de dejar de intentarlo, y abandonamos el camino que habíamos trazado. Miopes a una realidad mayor a la que tenemos en nuestras narices, nos concentramos en un pequeño eslabón, sin poder ver que forma parte de una cadena. Y que quizá es justo ese eslabón el que nos conectará con los demás que nos llevarán al éxito. No podemos ver que es solo una etapa del camino, no el destino final.
Llevaba yo varios días con estas reflexiones, cuando por azares de la causalidad escuché decir a Irvine Welsh —el autor de Trainspotting— en el Hay Festival de Xalapa, que el fracaso le parecía más interesante que el éxito, por las grandes lecciones que encierra. Tuve la suerte de hablar con él unos minutos y profundizar en el tema.
De acuerdo con Welsh, si tienes éxito, solo piensas en tus cualidades y en las personas que te ayudaron a llegar hasta ahí; sin embargo, no aprendes mucho más. “El fracaso es más interesante, ya que tienes que ver por qué has fallado y todo eso. Y tienes que mirarlo porque no quieres fallar de la misma manera ¿sabes? Si no revisas los fracasos, te conviertes en un ser humano que está atorado, estancado”.
La definición de fracaso, para el autor de Skagboys, es la falta de aprendizaje de tus errores. “Para mí, ser un fracaso en la vida sería algo así como ser un adicto a las drogas o una especie de adúltero serial. Ya sabes, alguien que está haciendo lo mismo una y otra vez y no ha aprendido nada de todo lo que ha pasado. Ser un fracaso en términos de trabajo sería escribir el mismo tipo de libro que no funciona —por la razón que sea— y no aprender de esto”.
Ahí está la clave: el aprendizaje. Sin embargo, el hecho de que las cosas no salgan como queremos no garantiza que aprendamos; eso depende de cada uno. Bien lo dijo Albert Einstein, con palabras similares, que la definición de locura es hacer lo mismo y pensar que obtendremos diferentes resultados. A pesar de ello, me parece difícil aprender de los errores y no permitir que la desilusión que nos causa el no obtener lo que deseamos nos deje estancados.
Tenemos que aprender a ver al éxito y al fracaso en términos de lo que queremos lograr. Quizá hay cosas que gustan a muchos y pueden parecer exitosas; sin embargo, en términos personales, no funcionan, ya que no nos acercan a nuestros objetivos y metas. Por exitoso que parezca en el exterior, (conseguir un trabajo en finanzas cuando lo que deseas es dedicarte al arte) es en realidad un fracaso en términos de vida. A este respecto Irvine Welsh comenta: “He hecho muchas cosas que han sido muy, muy bien recibidas, pero si sus elementos no funcionan para mí, pueden ser fracasos en mi vida. También he hecho otras cosas que prácticamente no han sido vistas, no han gustado, han sido ignoradas o criticadas, pero después de todo, hay elementos de éxito dentro de ellas. Así que tienes que confiar en tu propia antena también”.
Platicando del tema con un amigo, me comenta que para él lo más difícil es recuperar la confianza en su capacidad o en lo conveniente del proyecto. Es difícil saber cuándo es el momento de abandonar un proyecto, ya sea temporal o definitivo y dedicarnos a otra cosa. Dicho en otras palabras: saber cuándo tienes que dejar de hacer lo mismo porque no vas a obtener diferentes resultados o cuándo debes seguir tocando puertas para concretar tus sueños.
Para Welsh, hay que aprender las cosas con tus propios ojos, sin importar lo que opinen los demás. “Tienes que tener un entendimiento intrínseco de qué es lo que quieres lograr en términos de tus propias metas, lo que quieres, tus objetivos. Si has cumplido con esto, entonces es exitoso de la manera más satisfactoria, pero si no has cumplido con tus metas, entonces tienes que revisar por qué fracasaste”.
Supongo que también hay muchas lecciones en el éxito que podemos aprender cuando conseguimos nuestras metas. Eso sí, no hay que perder de vista que lo que es común es que en todas las historias de éxito es la paciencia, los desvelos, rechazos, portazos en la cara, perseverancia, y el logro de levantarse después de una caída.
“¿Sabes?”, dice Welsh, “la vida es un fracaso. Todos envejecemos y morimos. Pero creo que puedes fracasar grandiosamente en algo pequeño hasta que te vuelvas un experto en aquello que intentaste. Así entras a la escalera del éxito y la vas subiendo peldaño a peldaño”. Me deja pensando, puede ser que tenga razón y el fracaso sea el cimiento de los escalones del éxito.
fernanda@milenio.com
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